La psicodisbiosis (Psychodysbiosis) reduce la inmunidad

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La psicodisbiosis (Psychodysbiosis) podría agravar infecciones al reducir la inmunidad

La psicodisbiosis (Psychodysbiosis) es una alteración de la microbiota (flora intestinal) siendo una patología de origen psíquico que podría interferir negativamente en los casos de infección.

Al amparo del VIII Workshop Internacional de la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos (SEPyP) se presentó la psicodisbiosis como un nuevo término acuñado en 2017, dicho término fue presentado mediante exposición gráfica y oral por un grupo de expertos liderado por José Antonio Sánchez, et al 2013.

El estudio basado en un metaanálisis se hizo eco de las alteraciones de la microbiota intestinal; mal llamada «flora intestinal» como consecuencia de procesos psiquicos tales como el strés o la ansiedad…

Las investigaciones relacionadas con este campo como la referente a como el cerebro ayuda a regular nuestra microbiota (psicodisbiosis) y viceversa, revelan resultados prometedores, no debemos de olvidar la relación con la psiquiatría que esta relación dual del intestino con el cerebro y viceversa tienen en todo este tipo de patologías.

La psicodisbiosis (Psycho dysbiosis) forma parte de la nomenclatura sobre microbiota, las emociones pueden influir y de hecho lo hacen en los microorganismos que viven en nuestro interior, «por supuesto este proceso es bidireccional siempre, todo en nuestro cuerpo es cuando menos bidireccional, me atrevería a decir» apuntó D. Jose Antonio Sánchez.

 

Hay evidencia de que algunos probióticos reducen la incidencia de infecciones respiratorias en niños y personas mayores.

Para este proceso sin duda podríamos establecer el uso de probióticos y prebióticos clave en el avance de esta pandemia. Los probióticos y prebióticos previenen diarreas infecciosas en poblaciones endémicas.

Además, los probióticos y prebióticos son especialmente eficaces, ya que previenen y acortan la duración de diarreas por rotavirus, reduciendo además la eliminación fecal y diseminación del virus, algo que tras los hallazgos de coronavirus en aguas fecales de las grandes ciudades parece harto interesante.

Al margen de la infección, el estrés provocado por dicha pandemia y la ansiedad que suscita en la población, «parece claro que nuestra microbiota necesita estar más fuerte que nunca, en cambio, de forma global estamos más debilitados que nunca por el estrés inherente a una situación así” manifestó D. Jose Antonio Sánchez.

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