Descubren que las patatas provienen del tomate
descubren que la patata proviene del tomate
Descubren que las patatas provienen del tomate. Descubre el sorprendente origen de las patatas y su vínculo con los tomates
Aunque a simple vista las patatas y los tomates parecen plantas muy diferentes, un estudio reciente ha revelado que ambas especies están mucho más relacionadas de lo que se creía. Investigaciones genéticas avanzadas han descubierto que las patatas descienden de un cruce ancestral entre plantas emparentadas con los tomates y otra especie sudamericana llamada Etuberosum. Este evento híbrido, ocurrido hace aproximadamente 8 o 9 millones de años, fue fundamental para la evolución de las plantas que hoy nos regalan este valioso alimento.
Un cruce ancestral que cambió la evolución vegetal
Durante décadas, los científicos se enfrentaban a un misterio: las relaciones genéticas entre patatas, tomates y Etuberosum no seguían un patrón claro. Los análisis tradicionales eran contradictorios hasta que, gracias a la secuenciación avanzada de genomas, se detectó que las patatas poseen un ADN en mosaico. Esto significa que su herencia genética es casi mitad tomate y mitad Etuberosum, prueba de una hibridación que dio lugar a un linaje híbrido estable y duradero.
Más impresionante aún fue descubrir que esta hibridación fue el origen de una innovación clave en la evolución vegetal: el tubérculo. Ninguna de las especies parentales producía esta estructura, y gracias a la mezcla genética surgió un nuevo órgano capaz de almacenar nutrientes bajo tierra. Esta adaptación permitió a las plantas colonizar ambientes más fríos y secos, facilitando la expansión y diversificación de las especies de patatas.
Genes clave en la formación de los tubérculos
El estudio identificó genes específicos involucrados en el desarrollo de los tubérculos que provienen de ambos linajes parentales. Por ejemplo, el gen SP6A, heredado de los ancestros del tomate, actúa como un interruptor que señala cuándo debe formarse un tubérculo. Otro gen importante, IT1, llegó desde Etuberosum y colabora en la formación y desarrollo de estas estructuras subterráneas.
Estos genes experimentaron procesos de recombinación y selección natural tras la hibridación, creando una red genética nueva que permitió la aparición de un órgano funcional novedoso. Experimentos con edición genética confirmaron que la inactivación de estos genes perjudica la formación de tubérculos, demostrando así su papel esencial.
Una diversificación evolutiva asociada a cambios geológicos
El cruce genético que originó las patatas coincidió con grandes trasformaciones geológicas, especialmente la formación de los Andes. Este levantamiento montañoso creó nuevos hábitats con climas fríos y estacionales, donde la capacidad de almacenar reservas bajo tierra fue una ventaja evolutiva decisiva.
Esta serie de eventos permitió que las patatas se diversificaran rápidamente, dando lugar a más de un centenar de especies que hoy poseen una gran variedad genética y son capaces de adaptarse a distintos entornos, desde tierras bajas hasta alturas elevadas.
La evolución a través de cruces híbridos
Este descubrimiento destaca que la evolución no solo ocurre por cambios genéticos lentos, sino también mediante cruces híbridos entre especies que pueden crear nuevas líneas evolutivas con características únicas. Aunque estos procesos son más frecuentes en plantas que en animales, el caso de las patatas es un ejemplo claro de cómo la recombinación genética puede generar innovaciones trascendentales.
Impacto en la agricultura y el futuro de la patata
Comprender el origen híbrido de las patatas y los genes que intervienen en su desarrollo tiene implicaciones importantes para la mejora genética y la agricultura moderna. Usando esta información, los científicos pueden diseñar variedades más resistentes y adaptadas a diferentes condiciones climáticas, asegurando la producción de uno de los alimentos más consumidos a nivel global.
En resumen, las patatas no solo son un alimento básico mundial, sino también un testimonio vivo de cómo la mezcla genética antigua y la adaptación ambiental dieron origen a un cultivo fundamental para la humanidad. La investigación genética continúa revelando detalles fascinantes sobre la historia evolutiva detrás de lo que llega a nuestras mesas.
